Evento: Convivium Arde Lvcvs MMXVI

 Aunque me haya perdido algunas ediciones del festival de Arde Lvcvs, es sin dudarlo mi festival favorito en todo el mundo: El ambiente romano, las actividades, los bailes, conciertos y obras de teatro… la lista de cosas buenas es tan larga que no llegaría nunca a acabar esta entrada. Esta año, además de sumársele un día a las fiestas el jueves 16, se celebró a una cena con espectáculo (€18) para celebrar el XV aniversario del festival histórico.

El Convivium, a cargo del restaurante Porta Santiago, tuvo lugar en una carpa en la plaza de Santa María, en lo que a mi me parece que fue el día más frío y húmedo de todo el Arde Lucus. Menos mal que ese día llevaba mi traje con pieles para no pasar frío. Mientras los cocineros nos preparaban la cena, pudimos disfrutar de “Hércules, el musical” protagonizado por Pablo Abraira, Paco Arrojo y Víctor Ullate. Antes de nada, tengo que decir que el musical fue increíble, con acrobacias por todas partes, chistes malos y peores con los que te meas de risa y unas canciones pegadizas, todo con un toque irónico que me encantó.

Los asientos estaban numerados y se dividían en grupos de cuatro personas, con las que se compartía una botella de agua y una de vino, un pan de pasas y uno de nueces, y todos los platos que siguieron.

Menos mal que estábamos todos juntitos, que con el frío que hacía..

Al principio parecía que iba a faltar muchísima gente, porque ya era media hora tarde y aún faltaban muchos sitios por llenar. Sin embargo, los entrantes ya estaban servidos así que los que habíamos llegado puntuales empezamos el banquete.

El entrante fueron unas tostas de cebolletas con salsa agridulce de requesón, pasas y piñones.

Todo debería llevar más piñones

La presentación era bonita, y fue una buena manera de matar el tiempo hasta que llegó el resto de la gente, además de dar una excusa para empezar a hablar con la gente que se sienta a tu lado.

Una vez se sentó todo el mundo y comenzó el espectáculo, se sirvió el primer plato: mejillones con puerros

Le acabé pasando este plato a mis compis de mesa

El menú daba a entender que iban a dar dos opciones de plato principal, o mejillones o costillas, y yo había ido más bien por las costillas, porque yo no soy gran fan de los mejillones. Sin tener en cuenta mis gustos, este plato estuvo más bien regular, preguntando a la gente de mi alrededor tampoco hubo nadie que dijera que les apasionaran verdaderamente.

Ya entrada la noche y llegando a la mitad del espectáculo, se empezó a servir el plato principal principal, costillas de cerdo con albaricoques y calabacín.

Es un milagro que haya salido esta foto, porque a estas alturas ya era noche cerrada

Las costillas estaban bastante buenas, pero lo que más me gustó de este plato fue el albaricoque al horno, porque le da un toque ácido y dulce muy agradable, a contraste del calabacín amargo. La guarnición (y bueno, el plato en sí) fue un poco escaso, ya que eso es para compartir entre cuatro personas y ninguno quedamos llenos. Al final el camarero nos hizo un favor y nos trajo otros dos platos de costillas que no habían servido y así por lo menos se pudo decir que cenamos.

De último, el postre que se sirvió fue bastante normal, un poco de fruta y tarta de Arde Lucus, que parece llevar frutos secos y miel para darle un toque romano.

Casi lo que más lleno me dejó de toda la cena

Fue una experiencia agradable y entretenida, sobretodo para hacer algo diferente, ya que nunca había ido a una cena con espectáculo. Sin embargo, a mi opinión, lo mejor fue el musical y la comida fue algo secundario. Volvería a ir en caso de que se celebrase otro Convivium, pero igual llevaría algo de comida encima para picar.